Centro cultural en Bezana
La propuesta para el nuevo Centro Cultural de Sta. Cruz de Bezana procura resolver el problema de escala que conlleva insertar un auditorio de 300 localidades y estancias anexas en una trama urbana de volúmenes contenidos y/o residenciales.
No por ello el nuevo Centro Cultural pretende desdibujarse, sino que se presenta como una pieza clara, con rigor en las proporciones y un acceso marcado en el que confluye el tránsito de aproximación del usuario. El volumen juega con las escalas, lejana y cercana, mediante su piel rítmica y oscura que se orada seduciendo con guiños de su interior. Si bien la proximidad al centro urbano permite su acceso peatonal o en bici, la cercanía la A-67 merece igualmente su interacción.
La entrada busca cierta teatralidad en su acceso y tras atravesar el pórtico desemboca en un vestíbulo de mayor volumen cuyo telón final es la caja de la sala de actos. Perimetralmente vierten a él, la sala de exposiciones (de fácil ampliación hacia el mismo), el bar y los usos asociados (aseos, administración e instalaciones). El recorrido al teatro requiere especial atención, proyectándose un foyer capaz de asimilar la punta de ocupación en el uso del teatro. Los espacios anexos al escenario se proyectan tras él con fácil comunicación con exterior para carga y descarga, así como permitiendo un adecuado cruce de escena.
En planta primera, sobre la entrada, se sitúan las aulas multifuncionales también conexas espacialmente con el vestíbulo. Estas se proyectan con tabiquerías móviles que conllevan espacios adaptables. También en planta primera, con posibilidad de acceso independiente, se emplazan las oficinas y unos aseos.
También en dicha planta, pero independientes del área anterior, dentro de la caja de la sala de actos y con acceso desde el foyer, se emplazan los cuartos de control lumínico acústico del teatro, así como un par de cabinas para traductores facilitando el uso para convenciones.